
Le hicieron una tomografía computarizada en septiembre de 2018, antes de la cirugía por “cáncer de ovario, cáncer peritoneal y tumor de ascitis”. Cuando se revelaron problemas renales en diciembre de 2018, se confirmó la infección.
En ese momento, la Comunidad de Madrid no cargó con ninguna culpa y decidió no indemnizar a la paciente, por lo que acudió a los tribunales, según relató. 20minutos.es.
De acuerdo con la Correo HuffingtonEl Gobierno regional justificó las medidas adoptadas por el sistema sanitario madrileño subrayando que el contagio no estaba “causalmente ligado a la atención prestada”. También insistieron en que la atención médica brindada fue “adecuada”. En su defensa, la Consejería de Sanidad madrileña planteó lo siguiente: “No se puede descartar que la infección por el VIH estuviera relacionada con su trabajo como odontóloga o con la atención que recibía en centros privados”.
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictaminó que: “La presencia de dos casos positivos de VIH en la fecha de realización del TAC a la demandante y la admisión por parte de la administración del fallo de los procedimientos de trabajo (que identificó un brote de infección por hepatitis C ), los llevó a considerar la hipótesis de que el actor había resultado lesionado como consecuencia de esta prueba”.